Personajes en Sijena: FRAY
FONTANER DE GLERA
Autor: Miguel Angel Pascual Ariste.
Fecha: Octubre 2004.
Fuentes: Documentos del Archivo de la Corona de Aragón,
Regina Sáinz de la Maza. Museo de Arte de Cataluña.
Juan Manuel Palacios Sánchez. Julio Pascual Arribas Salaberri.
Después del enorme desconcierto económico
y social que produjo en Europa la Peste Negra, y el último
levantamiento de la Unión de Aragón, para mantener
los privilegios de la nobleza, reprimido por el Rey Pedro el Ceremonioso
en la batalla de Épila, destaca, en estos críticos
tiempos, por su gestión en Sijena; Fray Fontaner de Glera,
de la Orden del Hospital, entonces también conocida como
Orden de Rodas ( no reciben el nombre de Orden de Malta hasta
1530, cuando Carlos I de España les cede a los Hospitalarios
las islas de Malta, Gozo y Comino, y el enclave de Trípoli).
El nombre de Fray Fontaner de Glera aparece
por primera vez en agosto de 1353, en un documento donde el Rey
Pedro IV de Aragón y III de Cataluña, llamado el
Ceremonioso, ordena que no se exija a los hombres de Sijena ningún
subsidio como contribución a los gastos de la armada contra
los genoveses, para la conquista de Cerdeña,porque Fray
Fontaner, procurador de los hombres de honor de Sijena, ya había
acordado con él que pagaría 3000 sueldos jaqueses
en la fiesta de San Miguel.
Tres años más tarde figura como
vicario de Sena, y recibe ordenes de la Reina Leonor de Sicilia,
tercera esposa del Rey Pedro,de cobrar y pagar subsidios para
la guerra contra Pedro I el Cruel de Castilla, y, un año
más tarde, lo nombra procurador especial suyo para tomar
posesión del censal de 1000 sueldos jaqueses que el obispo
de Lleida tiene que pagar anualmente al Monasterio.
En 1358, desde Gerona, la Reina Leonor le encargó
muy especialmente las obras y gestiones relacionadas con la construcción
de un dormitorio y un hospital en Sijena, y lo incluye dentro
de los tres presbíteros que deben celebrar en el Monasterio
misas y oficios divinos, por su alma y la de sus parientes.
A principios de 1358 se inician las obras de
hospital, pero a mediados de mayo de 1361 la Reina Leonor decidió
que la construcción se dedicara a dormitorio, con la condición
de que el convento le entregase una casa con mejor ubicación
y salubridad, que entonces era dormitorio, para convertirla en
hospital. En esta casa y según instrucciones de la Reina,
debían colocarse 30 camas, 20 de las cuales las subvencionaría
ella y 10 la Priora. El convento de Sijena tendría la obligación
de dar de comer y beber diariamente a 30 mujeres pobres y hospedar,
por una noche, a pobres sanos, los cuales, si enfermaban, podrían
quedarse en el hospital hasta su curación. Las obras finalizaron
en 1373, habiendo pagado fray Fontaner 38.427 sueldos, por lo
que la Reina Leonor reconoce deberle 2.016 sueldos, ordenando
se le pague.
En 1360 participa con el concejo de Lanaja y
su alcaide fray Geraldo de Pomar, que también era comendador
de Sijena, estableciendo una serie de ordenanzas para la paz en
el lugar y el castigo de maleantes.
Desde Daroca, en 1369, último año
de la guerra de los Dos Pedros, el infante Juan encarga a fray
Fontaner, reconozca en el monasterio u otro lugar donde pueda
hacerse una fortaleza en la que las monjas, con sus vasallos y
bienes muebles puedan defenderse de las gentes extrañas
(compañías del Rey Pedro I de Castilla) que han
entrado en el reino, obligando a las monjas ha abandonar el monasterio.
Esta misma misión le reitera el Rey al año siguiente.
En 1373, Pedro el Ceremonioso ordena al Justicia
de Aragón que castigue a los maleantes que han producido
daños en las posesiones que tiene el Monasterio de Sijena,
en la torre de La Piedra en Huesca, y que Fontaner de Glera y
su esposa tienen en enfiteusis. Su esposa era Martina Laçina,
del pueblo de Sena, con la que tuvo un hijo siendo esta soltera,
Fontaner, a qien el Rey legitimó el 15 de agosto de 1361.
Su trabajo como procurador, administrador y
comendador fue eficaz, aunque en 1376 los nobles Luis Cornel y
Roger de Moncada le amenazaron, lo que le hizo pensar en abandonar
el Monasterio. Además, se enfrentó a algunas dueñas,
por su deseo de tener por primera vez compañías
en el Monasterio, para la defensa de su persona, y la de las monjas
y sus bienes, ya que la intención real de construir fortificaciones
y vallas en el Monasterio y en los castillos y fortalezas de Lanaja
y Ontiñena, acumulaban un gran retraso, además de
la revocación real de los comisarios y obreros designados
para construirlas. El Monarca, al enterarse, consideró
en un primer momento que Fontaner abandonara el Monasterio, pidiendo
a la Priora que lo sustituyese. Pero tanto la Priora como las
dueñas más veteranas , informaron al Rey que las
noticias que había recibido eran falsas y que todas estaban
satisfechas de la buena gestión del comendador. El Monarca
decidió que Fontaner de Glera continuase como comendador
de Sijena, hasta que en 1381 pasó a ejercer funciones de
procurador de Sijena en la encomienda de Monzón, contando
con el apoyo del Rey, quien en mayo de 1382 puso a él y
a su familia bajo su especial protección.
Pero lo más bello e importante que nos
ha legado su gestión, y que ha perdurado hasta nuestros
días, es el Retablo de Sijena expuesto en el Museo de Arte
de Cataluña ( MNAC), y que fray Fontaner de Glera mandó
realizar a sus expensas, a alguno o varios de los hermanos Serra;
Francesc, Jaume, Joan y Pere, todos ellos pintores, cuyo estilo
es una amalgama de las tradiciones locales y del conocimiento
de la pintura sienesa, que dentro del estilo bizantino, se distingue
por la suavidad de los gestos, la intensa policromía y
una cierta actitud entre el misterio y la realidad.
El Retablo era quizá lo más interesante
del Monasterio después de la Sala Capitular, y tras el
incendio provocado al inicio de la Guerra Civil de 1936, ha quedado
como la obra de arte más característica de Sijena.
La tabla tiene unas dimensiones totales de 345x340cm.( ó
345x324,5) El compartimento de la Santa Cena 62x80. En él
aparece la Virgen, sentada en un grandioso sillón con dosel
, sosteniendo sobre su falda al Niño Jesús, a quien
presenta una flor. El Niño bendice con la diestra y muestra
con la izquierda un rótulo en el que con caracteres gótico-alemanes,
se puede leer: “Discite a me quia mitis sum et humilis corde”.
De rodillas, a los pies de la Virgen, aparece un Caballero Sanjuanista,
en actitud de oración y en su hábito negro la cruz
de Rodas (hoy conocida como de Malta), blanca de ocho puntas y
la siguiente inscripción: “FRA: FONTANER: D: GLRA:
COMNADOR: D: SIXENA. A los lados de la Virgen aparecen Santa Catalina
y Santa María Magdalena. Las doce escenas laterales están
relacionadas con los Gozos de María y están coronadas
por el Calvario. En la pedrela con la Santa Cena, pintada en el
centro, hay cuatro tablas representando milagros eucarísticos,
dos a cada lado.
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